Encuestas realizadas recientemente indican que tanto los militares en Estados Unidos como la población en general están cada vez más en desacuerdo con hacer un ataque aéreo a Siria y consideran que una intervención militar en este país no beneficiará a la nación.

Una encuesta realizada dentro de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos (EE.UU.) y publicada este jueves indica que 75 por ciento de los militares en servicio activo están en contra de que se realice un ataque aéreo en Siria.

La indagación realizada a unos 750 soldados indicó que alrededor del 80 por ciento de estos tampoco cree que una intervención militar de EE.UU. beneficie los intereses nacionales.

Por otro lado, otro sondeo realizado por el diario The Washington Post y la cadena de televisión ABC señaló que el 64 por ciento de los estadounidenses no apoya una intervención militar en Siria.

Asimismo, luego de que el presidente, Barack Obama, manifestara el pasado martes que dará tiempo a la diplomacia para decidir sobre un ataque a Siria.

Tras este anuncio de Obama, una encuesta publicada el miércoles de la cadena de televisión CNN y la firma ORC, sostuvo que el 61 por ciento de los estadounidenses apoyaba la nueva posición del presidente.

Estados Unidos y otros países de Occidente acusan sin pruebas a Siria de usar armas químicas contra su propio pueblo y han levantado la voz sobre una inminente invasión militar a Siria,

La comunidad internacional en pleno, a excepción de Estados Unidos y sus aliados militares y económicos más cercanos, ha levantado su voz para rechazar la actitud belicista e injerencista de los países que pretenden ejecutar un ataque militar contra el pueblo sirio, so pretexto de castigar al Gobierno de Bashar al-Assad por presuntamente usar armas químicas contra civiles, acusación que carece de pruebas y de un argumento veraz.

El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el Parlamento Europeo, Rusia, China, Irán, Líbano, los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y otras naciones de África y América Latina han cuestionado las amenazas lanzadas por Washington y Londres sobre Damasco.