Con 95 años, ha
fallecido Nelson Mandela. Ha sido un referente y lo seguirá siendo para
todas las personas de bien, socialistas, revolucionarios, antirracistas y
comunistas de todo el mundo. Ha quedado en la Historia para siempre y
no se podrá olvidar a aquel insurrecto dirigente del Congreso Nacional
Africano (CNA), que se convirtió en el impulsor fundamental de las
movilizaciones populares sudafricanas, contra la discriminación racial y
el implacable régimen del apartheid. Ante su muerte, el Grupo
Político La Izquierda, recuerda, y yo con ellos, la figura emblemática
del gran luchador por la libertad y el cambio social. Este grupo opina
que es preocupante que cientos de periodistas, comentaristas, locutores y
corresponsales de la mayoría de medios de comunicación de todo el
planeta, ensalcen su figura, dibujando una imagen deformada sobre su
personalidad y su posición política e ideológica. Pronto, las lenguas
afiladas, volverán a esparcir su veneno. Al tiempo.
Mientras
tanto, La Izquierda piensa que «los aparatos ideológicos al servicio de
las elites dominantes, han estado preparando durante años; y ahora
lanzan con furibunda intensidad, ese sensiblero y distorsionado
obituario sobre un Nelson Mandela místico y contemplativo, un perfil
totalmente deturpado y descolorido, donde lo único que destaca es su
camisa estampada y su defensa de la paz» Efectivamente, la imagen que
presentan de Nelson Mandela, es un sucedáneo del verdadero
revolucionario, agitador antirracista, insurrecto implacable y comunista
convencido. Fue un «Luchador por la igualdad», pero leído en el Twitter
del presidente Mariano Rajoy, que con su política está provocando la
mayor desigualdad en los últimos tiempos, suena, cuanto menos, del mayor
cinismo.
Queda inmortalizado el indestructible icono que
representó y que todavía simboliza. Aquel decidido líder negro, que
construyó un movimiento de masas y una organización político-militar,
para combatir al represivo aparato de Estado de aquel terrible régimen
del apartheid, ha muerto. Combativo, pero con una hermosa expresión de
alegría dibujada en su rostro. Habrá que tener siempre presente su
combate incansable y abnegado contra el régimen del apartheid. Poca
atención se está dando al Mandela activista, al organizador
perseverante, al miembro «leal y disciplinado» del Partido Comunista, al
impulsor irreemplazable del CNA y de otros movimientos insurgentes, en
los que él ejerció su gran influencia. Por todo ello se granjeó el
apelativo de terrorista internacional por los Estados Unidos de América
del Norte, que le duró hasta 2008.
El Grupo La Izquierda,
recuerda a Nelson Mandela, como militante del Partido Comunista, que
luchó codo con codo con otros comunistas de todas las razas. Siendo
miembro de la organización juvenil del Congreso Nacional Africano,
refutó las posiciones más moderadas y entreguistas de la organización,
planteando que se tenía que responder, con idéntica furia, a los ataques
de la policía y el ejército, auténticas masacres contra los militantes y
activistas negros. Nelson Mandela lideró un grupo interno de su
organización, comprometido con la lucha armada, viajando a otros países
africanos buscando apoyo económico y adiestramiento militar. Fue preso y
encarcelado durante más de 27 años —que se dice pronto— en la
prisión-isla de Robben Island.
En su afán, consiguió negociar y
pactar acuerdos con los líderes del apartheid, si bien censurando a su
contraparte Frederik de Klerk. Apoyó la organización de las primeras
elecciones democráticas y concurrió como candidato a ellas. En su
mandato, todos los partidos democráticos fueron tolerados. Tejió
alianzas «cosiendo diversos tapices sociales, raciales, políticos y
tribales. Construyó acuerdos y compromisos estables con diversas capas y
sectores de la sociedad sudafricana, evitando una conflagración civil
cruenta». Después de un solo mandato como presidente de Sudáfrica
(1994-1999), no volvió a presentarse, manteniendo intacto su prestigio y
liderazgo.
Nelson Rolihlahla Mandela, fundador de nuestra nación
democrática «se apagó apaciblemente», en su domicilio de Johannesburgo,
anunció el presidente Jacob Zuma; y su generosa lucha por la libertad,
su sacrificada entrega militante y su convencimiento y abnegación, deben
seguir inspirando a la gente de bien, socialistas y comunistas,
antirracistas y revolucionarios del mundo entero. En su memoria.
9/12/13
MANDELA
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