
No hay Derecho igual para hombres desiguales
“Vio que yo vendo diarios, bueno, yo fui y le dejé el diario a mi abuela y mi abuela fue y empezó a leer y estaba ahí el coso del bebé en la quema, bueno, y lo leyó todo, y después al otro día, vio, fue, mi tía fue a trabajar el lunes con mi abuela y mi tía estaba embarazada y fue al hospital, y encontró a la hermana del esposo de ella, y la hermana del esposo fue la que tiró el bebé, porque estaba muerto y no tenían con que pagar el cajón, el entierro, vio, y eso, y entonces fueron y lo envolvieron y lo tiraron.” César, 8 años.
Y fue la hermana del esposo de la tía de Cesar la que ocupó una página del diario, en la sección “Policiales”. Nada se dijo de la muerte por desnutrición del bebe. Tampoco de las condiciones infrahumanas en que las vivían los progenitores, hermanos, tíos y abuelos del muertito. En ningún caso se dio cuenta de los flagelos que azotaban a la familia: desocupación, hambre, analfabetismo, falta de vivienda, y de salud.
Si bien el derecho se presenta como “igual para todos” (como dicen más o menos todas las constituciones: independientes del sexo, raza, ideología o “condición social”, la desprotección institucional de los derechos sociales determina que esto es falso: no hay derecho igual para hombres desiguales. ¿A quien se le ocurriría solicitar jurisdiccionalmente una medida de amparo por no tener acceso a las fuentes de trabajo, vivienda o alimentación?
El 50% de las familias Latinoamericanas que se encuentran bajo la línea de pobreza, pasaron desapercibidas por directivos y maestros de las escuelas rancho, por médicos, enfermeros y asistentes sociales de los centros de salud, trabajadores sociales de los diferentes gobiernos o mejor dicho, estos reprodujeron eficientemente el sistema de control. No mencionamos aquí, a las clases en el poder, ni al entramado judicial, a ellos nos dedicaremos en profundidad en el curso de este informe.
Miles de familias convertidas en la materia prima de la industria más prolífera y no menos perversa del capitalismo tardío: La Industria de la Pobreza.
Millones de dólares invertidos en esta industria, que engrosaron la deuda externa latinoamericana. Dólares que se utilizaron y se utilizan para nutrir los aparatos burocráticos y los bolsillos de los que asumen como discurso “El Estado Social de Derecho”, un enjuague de conciencia de militares genocidas, políticos neoliberales y sus cómplices profesionales y académicos, devenidos en tecno-pobres. De todos estos millones de dólares vilipendiados a lo largo y a lo ancho de Latinoamérica, en programas de control social encubiertos en programas de “asistencia social”, solo llega a los mas desprotegidos, algún paquete de harina con gorgojo de la mano del puntero del barrio, a cambio del voto y, el código penal para aquellos miles de “desviados” que no se resignan a morir por inanición.
Por: Azucena Racosta>
7/8/09
La Industria de la Pobreza
Etiquetas:
IMPERIALISMO HOY
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