21/4/12

El dictador argentino Jorge Rafael Videla dijo que, durante su gobierno, "había que eliminar a un conjunto grande de personas que no podían ser llevadas a la justicia ni tampoco fusiladas". Reconoció que se mataron "siete u ocho mil personas", y que las desaparecieron "para no provocar protestas dentro y fuera del país". <-- El dictador argentino Jorge Rafael Videla dijo, en una extensa entrevista con el periodista Ceferino Reato, que, durante la dictadura, "se mataron siete u ocho mil personas". En la entrevista, que forma parte del libro "Disposición final", Videla señaló que "no había otra solución; estábamos de acuerdo en que era el precio a pagar para ganar la guerra contra la subversión y necesitábamos que no fuera evidente para que la sociedad no se diera cuenta". Videla señaló que, entre 1976 y 1980 se mataron "siete u ocho mil personas" detenidas o secuestradas, y que desaparecieron sus restos "para no provocar protestas dentro y fuera del país". En un fragmento de la entrevista, que publica el viernes el portal Perfil, el dictador, procesado por delitos de lesa humanidad cometidos durante la década del 70, justificó la tortura en el marco de "la guerra". Sobre la expresión "solución final" que da título al libro, Videla explicó que "significa sacar de servicio una cosa por inservible. Cuando, por ejemplo, se habla de una ropa que ya no se usa o no sirve porque está gastada, pasa a Disposición Final", y fue eso lo que se hizo con los desaparecidos. Además, apuntó que "no hay listas con el destino final de los desaparecidos. Podría haber listas parciales, pero desprolijas". El golpe y los desaparecidos Videla dijo que "las desapariciones se dan luego de los decretos del presidente interino Ítalo Luder que nos dan licencia para matar". Luder era peronista, respondía al gobierno de María Estela Martínez y fue, en 1983, candidato a la presidencia de la República. Por ese motivo, opinó el dictador, "desde el punto de vista estrictamente militar no necesitábamos el golpe; fue un error". Señaló que el golpe fue para "disciplinar a una sociedad anarquizada", salir del populismo peronista y llevar la economía a un régimen más liberal, y "disciplinar al sindicalismo y al capitalismo prebendario". Además, apuntó que "el enemigo" más duro fue el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), de extracción socialista, porque "era algo ajeno". El movimiento Montoneros, en cambio, "guardaba algo del nacionalismo, del catolicismo, del peronismo con el que había nacido" >

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