7/5/12

La capucha se extiende contra el racismo

El asesinato de un adolescente negro ha generado un movimiento contra la xenofobia y el uso de armas. Con la estética de Trayvon Martin, el congresista demócrata por el Estado de Illinois, Bobby Rush, hizo el pasado 29 de marzo una acción de protesta contra el racismo institucional. Quitándose la chaqueta y luciendo una sudadera gris con capucha, que le cubría la cabeza, Rush fue expulsado de la sala al comenzar su discurso: “La cuestión racial tiene que parar. Sólo porque alguien lleve sudadera con capucha no le convierte en un delincuente”.

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 Trayvon Martin, afroamericano de 17 años, fue asesinado por George Zimmerman, de 28 años y vigilante de un vecindario del Estado de Florida. Desde aquel 26 de febrero pasaron 45 días hasta que Zimmerman fue arrestado, ya que la ley de ese Estado –Stand your ground, aprobada en 2005 por el gobernador Jeff Bush– brinda inmunidad a quien dispara si justifica que fue en defensa propia. Finalmente, Zimmerman afronta cargos por homicidio en segundo grado. ‘Todos somos Trayvon’ La sudadera con capucha se ha convertido en un símbolo que expresa la llamada de justicia por el caso Trayvon. Se han convocado marchas como ‘Miles de capuchas por Trayvon Martin’ a lo largo del país: Orlando, Miami, Los Ángeles, San Francisco, Chicago y Nueva York, entre otras. Pero ha sido en Florida donde más efecto ha tenido el movimiento; cientos de estudiantes de este Estado se solidarizaron saliendo a la calle bajo el lema “Todos somos Trayvon”. Por otro lado, en una academia de Michigan la profesora Brooke Harris fue despedida por hablar del caso a sus alumnos y ayudarles a iniciar una recaudación de fondos para la familia Martin.... A través del portal Change.org se consiguieron 2,2millones de firmas para reivindicar el arresto de Zimmerman. Igualmente, más de 300.000 personas colgaron fotos con sudaderas con capuchas en las redes sociales. El equipo de los Miami Heat de la NBA y otros jugadores, actores, activistas como Cornel West, el reverendo Al Sharpton o Jesse Jackson, y el movimiento Occupy han alzado su voz. También un colectivo de artistas ha invertido en una valla publicitaria con la frase “¿Yo también soy sospechoso?” acompañando a una fotografía de ellos con capucha. Además de por la indiferencia de la policía de Sanford, la ola de movilizaciones ha ganado más fuerza al considerar este crimen un acto racista. En la llamada al 911 se escucha cómo Zimmerman dice fucking coons refiriéndose a Martin, una expresión despectiva usada para humillar a los negros. Los datos más recientes del FBI (2010) revelan que algo más de cuatro de cada 10 víctimas de asesinato lo fueron por violencia racista; de 3.949 víctimas por delito de odio a una raza, el 70% murieron a manos de delincuentes con sesgo anti-negros. Las respuesta civil ha querido romper con los clichés creados que convierten a cualquiera en una posible amenaza. Esta idea se refleja en la consigna “Las capuchas no matan, las personas con pistolas sí”. Con ello, se ha conseguido situar en la esfera pública el debate sobre el derecho a poseer armas. Además, en Florida el actual gobernador ha creado un grupo para decidir si la ley de defensa propia con armas en espacios públicos (Stand your ground) debe ser modificada. El clima generado ha propiciado un momento histórico para recuperar la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos; así lo entiende Tavis Smiley, presentador de radio y televisión, para Democracy Now!: “Espero que el caso de Trayvon Martin nos recuerde a los americanos que estamos en un precipicio perdiendo nuestra democracia, que es muy frágil. Aquellos con conciencia tenemos que empezar a alzar la voz”. Julia Gas y Javier Pérez Martínez Diagonal 

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