El reciente anuncio del presidente Obama para otorgar un alivio a los jóvenes estudiantes indocumentados, otorgándoles una especie de Estatus de Protección Temporal, causó un furor casi histérico entre los medios de comunicación hispanos aplaudiendo la medida, pero sin detenerse a pensar sobre algunas implicaciones ocultas bajo el aparente manto de bondad hacia estos jóvenes...
Aquí está el meollo del asunto.
El hecho de que alrededor de 800,000 jóvenes estudiantes indocumentados
puedan beneficiarse de un alivio temporal para residir legalmente en los
Estados Unidos, significa que una enorme porción de ellos (aunque muchos ya lo
están) pasarán a engrosar las filas de los estudiantes universitarios obligados
a solicitar préstamos estudiantiles virtualmente impagables —gracias a la
voracidad de los bancos y las entidades financieras que otorgan estos
préstamos.
Actualmente hay una generación de estadounidenses, entre los 20 y 30
años, atrapados en la deuda estudiantil que adquirieron para alcanzar el sueño
prometido de un título universitario y una mejor vida, cuando en la realidad de
hoy —donde la economía del país se está Tercer Mundializando, es decir donde la
mayoría de los empleos son de bajos salarios— esas promesas están rotas.
Y, lo que es peor, ellos están dejando de pagar una deuda insostenible.
Algunos enfrentan sobrecargos de hasta $100.000 o más. Para muchos el pago de
esa deuda oscila entre los $600 a $1000 dólares mensuales. Si deja de pagar o
se declara en bancarrota, la deuda estudiantil no es perdonada. Peor aún, muchos con grados
universitarios solo pueden obtener trabajos de meseros u otros similares de
bajos salarios. Y si tienen un ingreso, los prestamistas se aprovechan. Los
salarios pueden ser confiscados. Igualmente porciones de la Seguridad Social y
otros beneficios de retiro.
Luis Aguilar
Así que, debido a la alianza conspirativa de prestamistas, garantes,
servidores de préstamos, y las compañías de colección, a finales del 2011 la
deuda estudiantil excedió la suma de $1 trillón. Y sigue creciendo. Aumenta
casi $3.000 por segundo.
Entonces, la pregunta es: Los jóvenes "soñadores" que puedan
beneficiarse del alivio temporal ofrecido por Obama ¿serán la nueva carnada de
una turbia sociedad entre las corporaciones y el gobierno, que explotan a los
estudiantes para su beneficio?
Aunque para muchos les cuesta admitirlo, la verdad es que cuando el
sistema capitalista le otorga a uno un dólar, es que a cambio uno tendrá que
pagar muchas veces más esa cantidad. En consecuencia, la deuda estudiantil es
la trampa escondida para los "soñadores".
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